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Levítico 23: El Calendario de Dios y el Misterio de los Almendros

Todos vivimos de acuerdo con un calendario. Si usted es un occidental como yo, su calendario comienza en enero, con un montón de resoluciones, buenas intenciones, y una subscripción temporal al gimnasio, y termina en diciembre, rodeado de luces navideñas, compras inútiles, fuegos artificiales, y reuniones familiares. Sin importar cuánto le moleste tener que seguir cada año exactamente la misma estructura de tiempo, usted terminará aceptándolo, pero ¿Qué piensa Dios de nuestro calendario occidental (o de cualquier otro calendario)?

¿Sabía usted que Dios tiene su propio calendario, el cual estableció claramente en las Sagradas Escrituras para que rigiera la vida de su pueblo escogido? ¿Sabía que conocer y observar el calendario de Dios puede ayudarlo, no sólo a comprender e interpretar correctamente la historia bíblica, sino también a discernir la naturaleza y el orden de los acontecimientos proféticos que aún están por cumplirse en el mundo?


En esta sección del libro de Levítico, vamos a investigar el calendario de Dios desde un punto de vista histórico y, sobre todo, profético. Acompáñame!


Bienvenido a un nuevo estudio bíblico en el libro de Levítico! En el capítulo 23, versos 1-2, leemos que Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas...


¿Qué tipo de acontecimientos marcan el calendario de Dios? Fiestas solemnes de Jehová, ó santas convocaciones. Para comprender el significado original del texto traducido aquí como fiestas, podemos utilizar la palabra citas. En Occidente, especialmente en los EU, concedemos una gran importancia a las citas preestablecidas (citas médicas, entrevistas de trabajo, etc.) porque sabemos que si olvidamos el lugar o el tiempo establecido para el encuentro, habrá consecuencias. Usted no puede simplemente reunirse con el doctor en cualquier momento, tiene que concertar una cita para hacerlo. Tampoco puede decidir el lugar de su encuentro, tendrá que acudir a la oficina del doctor, donde quiera que esta se encuentre, y estar allí en la fecha establecida, a la hora establecida, o perderá su cita!


Las fiestas solemnes de Dios son una especie de citas divinas! Cada fiesta es un encuentro con el Creador, que ha sido planeado para un tiempo y lugar específicos. Para el pueblo de Israel, estas citas eran ocasiones no negociables para reunirse delante del Señor en santa asamblea, observando instrucciones muy específicas, dadas por Dios a Moisés. El capítulo 23 del libro de Levítico nos hable de 7 fiestas anuales que fueron establecidas para Israel en calidad de santas convocaciones:

  1. Pascua (v. 4-5)

  2. Panes sin Levadura (v. 6-8)

  3. Primicias (v. 9-14)

  4. Pentecostés, o Fiesta de las Semanas (v. 15-21)

  5. Trompetas (v. 23-25)

  6. Expiación (v. 26-32)

  7. Tabernáculos (v. 33-44)

De manera estructural, podemos decir que las primeras tres fiestas se celebran en Primavera y están relacionadas entre sí, mientras que las últimas tres se celebran en Otoño. Ambas temporadas festivas se encuentran separadas por la época de la cosecha, que coincide con los meses de verano en Israel. La Fiesta de Pentecostés es la única que se celebra en esta larga temporada intermedia, a manera de puente entre los dos bloques.


En un sentido profético más amplio, las fiestas son temporadas, o estaciones en la agenda de Dios. Por ejemplo, si miramos de cerca la vida de Jesús, el Mesías, podemos identificar el cumplimiento profético de las tres primeras fiestas en los sucesos de Su pasión, muerte, y resurrección; mientras que Pentecostés está directamente relacionado con la llegada del Espíritu Santo y el nacimiento de la iglesia primitiva. Los últimos tres festivales (de Otoño) aún ocupan la mente de muchos estudiosos de la Escritura, quienes intentan descifrar el orden y alcance de acontecimientos por venir, tales como el rapto, la Gran Tribulación, la Segunda Venida de Cristo, y el Reino Milenial.


Volviendo a Levítico 23 ¿Cómo podían los israelitas discernir el momento exacto de su encuentro con Dios? Es importante explicar que el calendario hebreo es un calendario lunar, es decir, está basado en las diferentes fases de la luna, a diferencia de nuestro calendario, el cual se rige por las revoluciones de la Tierra alrededor del sol. Cada mes del calendario hebreo comienza con la luna nueva, llegando a la luna llena en medio del ciclo de 28 días. También los días hebreos terminan y comienzan con la puesta del sol, no con su salida, como pudiéramos pensar en este lado del mundo.


Otro factor que juega un papel importante en el calendario hebreo es el factor agrícola. Todo el esquema de eventos y celebraciones se acomodaba perfectamente al proceso productivo, y especialmente al ciclo de la siembra y la cosecha. Otro elemento agrícola importante que marca el inicio de las fiestas es el florecer de los almendros al final del invierno. Esta señal de la naturaleza era fácilmente detectable para cualquier israelita, en cualquier lugar donde se encontrara, de modo que pudiera identificar la siguiente luna llena como la fecha señalada para celebrar la primera fiesta sagrada del año, la fiesta de la Pascua, y a partir de esta, todas las demás.


El almendro en sí mismo, es una figura profética que formaba parte del diseño del Tabernáculo. Dios instruyó a Moisés que hiciera un candelabro de siete brazos en forma de ramas de almendro con sus flores, para que fuera puesto en el Lugar Santo, delante de su Presencia. La Escritura nos dice que la vara de Aarón, reverdeció, floreció, echó renuevos, y produjo almendros de manera sobrenatural, por lo que fue puesta como señal para los hijos de Israel, dentro del Arca del Pacto, en el Lugar Santísimo. Recordemos que esta fue la misma vara que Dios usó para hacer señales y desatar las diez terribles plagas delante de Faraón y su gente en Egipto.


No es casualidad que el almendro se relacione con todo tipo de señales y advertencias en la Escritura, pues en la cultura hebrea a este árbol se le llama 'el vigilante' o 'el que despierta'. Sus flores blancas o débilmente rosadas aparecen ya en enero, mucho antes que sus hojas, y que las flores de otros árboles, por lo que el almendro 'anuncia' la llegada de la primavera, y es el primer árbol que 'despierta' después del largo sueño del invierno.


En el primer capítulo de Jeremías, la visión de la rama de almendro fue una de las primeras revelaciones dadas por Dios a este joven profeta: ¿Qué ves tú, Jeremías? (…) Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra (Jeremías 1:11-12). El almendro anuncia el cumplimiento de la palabra profética, un tiempo de aceleración y consumación del plan divino. El inicio del calendario profético de Dios.


También el almendro nos recuerda que debemos estar alerta y atentos a las señales de los tiempos. De la misma forma en que el almendro, entre todos los demás árboles, es el primero que despierta y reacciona ante la llegada de la primavera, así también nosotros, que conocemos la verdad y la revelación profética, debemos esperar Su venida y actuar en consonancia con este conocimiento, como dice 1 Tesalonicenses 5:6 JBS: Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios.


¿Es usted un cristiano sobrio? Entonces necesita conocer las particularidades del calendario de Dios; el calendario que contiene la sucesión de aquellos eventos proféticos, o citas divinas, que tuvieron cumplimiento en el pasado, o tendrán cumplimiento en el futuro, en el lugar y momento previstos por Dios. Tenga presente lo que implica Colosenses 2:17, cuando llama a las fiestas solemnes sombra de lo que ha de venir; esta palabra sombra tiene varias lecturas, y puede entenderse también como un bosquejo, un esquema, idea o patrón.


Si vemos las fiestas sagradas del calendario hebreo como un patrón de aquellos eventos proféticos que aún están por cumplirse, descubriremos que es importante estudiarlas a la luz de toda la revelación bíblica disponible, y por esa razón tomaremos los próximos estudios de Levítico para hacerlo más detenidamente.

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