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Levítico 23: Saca la Levadura!

Actualizado: 9 feb 2022

Levítico 23:6

El día quince del mismo mes es la Fiesta de los Panes sin Levadura para el Señor; por siete días comerán pan sin levadura.


Estimado lector/oyente, en nuestro último estudio bíblico hablamos acerca del simbolismo del pan en las Escrituras, específicamente relacionándolo con la Fiesta de las Panes sin Levadura en el libro de Levítico, capítulo 23. Esta semana abordaremos el significado bíblico de la levadura.


Seguramente recordarás que las levaduras son hongos que tienen la capacidad de descomponer o fermentar compuestos orgánicos, produciendo nuevas sustancias. Debido a esta propiedad, ciertas levaduras se utilizan como agentes de fermentación en la preparación de bebidas y alimentos, entre ellos el pan. Cuando se aplica levadura, la formación de burbujas y bolsas de dióxido de carbono hace que la masa crezca, aumente o se expanda. Luego que el dióxido de carbono se evapora y la masa se mete al horno, la levadura muere pero las bolsas quedan fijadas, dándole al producto final una textura suave y esponjosa.


¿Qué tanto conocían los antiguos sobre las propiedades y usos de las levaduras? Es interesante que la levadura ya se utilizara en el Antiguo Egipto, donde las doce tribus de Israel permanecieron durante 430 años. Se piensa que en tiempos bíblicos se le llamaba levadura a un pedazo de la vieja masa, ya fermentada, que se disolvía en agua o se escondía en la harina, con el objetivo de fermentar la nueva masa. Sin lugar a dudas, las mujeres hebreas conocían el arte de aplicar levadura al pan de cada día con el cual alimentaban a sus familias; sin embargo, la levadura estaba estrictamente prohibida en todas las ofrendas de grano para el Señor, ofrendas quemadas sobre el altar, y ofrendas destinadas a los sacerdotes, las cuales se comían en el Lugar Santo. ¿Por qué mandó el Señor a sacar la levadura de las ofrendas?


1. La levadura simboliza la corrupción.

En primer lugar, la levadura no podía entrar en la presencia de Dios porque se consideraba un agente contaminante, símbolo de la corrupción y el pecado. Dicho de otra manera, la levadura en las ofrendas produciría el efecto contrario a la sal. La sal se usaba para preservar, la levadura para corromper; es por esa razón que la Escritura emplea la sal para representar a los santos (los separados para el servicio a Dios), pero utiliza la levadura para representar el pecado, y específicamente el pecado y la corrupción moral dentro del pueblo de Dios.


Por ejemplo, en su primera carta a los creyentes corintios, el apóstol Pablo los reprendió duramente a causa de un caso de inmoralidad extrema dentro de la congregación de los santos. En su argumento, Pablo les advierte sobre el peligro de tolerar la vieja levadura de malicia y maldad, que de nunguna manera debería tener parte en el Cuerpo de Cristo.


1 Corintios 5:6-8 (NBLA)

La jactancia de ustedes no es buena. ¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la masa?

Limpien la levadura vieja para que sean masa nueva, así como lo son en realidad sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado.

Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.


¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la masa? Esta frase parece hacer referencia a un popular refrán durante el primer siglo, pues el apóstol Pablo la utilizó dos veces en sus cartas: Un poco de levadura hace que fermente toda la masa (Gálatas 5:9). Un poco de tolerancia hacia el pecado en la iglesia puede arruinar el testimonio de toda la congregación y crear una atmósfera espiritualmente cargada, donde no hay manifestación de la Presencia de Dios. Por otra parte ¿Cómo se supone que podamos modelar el amor de Cristo delante de todas esas personas cuya conducta moral no es bíblicamente correcta, si no podemos tenerlos en la congregación?


No hay duda de que la iglesia de los últimos tiempos tendrá que enfrentar inimaginables retos en lo que respecta a sus convicciones y su compromiso con la verdad; sin embargo ¿Me creería usted si le dijera que los cristianos en realidad no estamos aquí para intentar aleccionar moralmente a personas que no son parte de la comunidad de creyentes? Si continuamos leyendo en el pasaje anterior, Pablo aclara muy bien dónde deberíamos trazar el límite de nuestra tolerancia cristiana.


1 Corintios 5:9-13

Cuando les escribí anteriormente, les dije que no se relacionaran con personas que se entregan al pecado sexual; pero no me refería a los incrédulos que se entregan al pecado sexual o son avaros o estafadores o rinden culto a ídolos. Uno tendría que salir de este mundo para evitar gente como esa. Lo que quise decir es: no se relacionen con ninguno que afirma ser creyente y aun así se entrega al pecado sexual o es avaro o rinde culto a ídolos o insulta o es borracho o estafador. Ni siquiera coman con esa gente.

No es mi deber juzgar a los de afuera, pero sí es responsabilidad de ustedes juzgar a los que son de la iglesia y están en pecado. Dios juzgará a los de afuera; pero como dicen las Escrituras: «Quiten al malvado de entre ustedes».


¿Existe en su congregación local un sistema establecido a través del cual los nuevos creyentes reciben el discipulado y asesoramiento personal que necesitan para crecer en su relación con Cristo? ¿Se les ministra consejería, y liberación espiritual según requiera el caso? ¿Se les enseñan las Sagradas Escrituras de manera sistemática y expositiva? Si no se hacen estas cosas, que eran perfectamente comunes en la iglesia primitiva, realmente no se puede juzgar con justicia la condición moral y espiritual en la que muchas personas permanecen aún por largos años después de conocer el evangelio. Oro para que el Señor le dé sabiduría sobrenatural para conducirse y relacionarse, dentro y fuera de la congregación local, de manera que pueda reflejar el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo, a la vez que usted vive y predica santidad.


2. La levadura representa las distracciones.

La historia de la primera Pascua nos dice que el Señor mandó a Moisés que los hebreos prepararan su última cena en esclavitud, acompañando la carne del corderito redentor con hierbas amargas y pan sin levadura, ó pan de aflicción (de pobreza o miseria). La razón inicial por la que el pueblo debía evitar la levadura durante su última noche en Egipto es a causa de la rapidez con que debían partir a la mañana siguiente, cuando el Señor finalmente quebrara la dura cerviz del Faraón, para cumplir la promesa de su libertad. Una vez libres y de camino a Canaán, la tierra prometida, los israelitas recibieron instrucciones específicas para celebrar una segunda fiesta conmemorativa anual: la Fiesta de las Panes sin Levadura.


Éxodo 12:17-20 NBLA

Guardarán también la Fiesta de los Panes sin Levadura, porque en ese mismo día saqué Yo a sus ejércitos de la tierra de Egipto. Por tanto guardarán este día por todas sus generaciones como ordenanza perpetua.

En el mes primero comerán los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde, hasta el día veintiuno del mes por la tarde. Por siete días no habrá levadura en sus casas. Porque cualquiera que coma algo leudado, esa persona será cortada de la congregación de Israel, ya sea extranjero o nativo del país.

No comerán nada leudado. En todo lugar donde habiten comerán panes sin levadura.


Deuteronomio 16:3-8 NBLA

No comerás la Pascua con pan con levadura. Siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción (porque aprisa saliste de la tierra de Egipto), para que recuerdes todos los días de tu vida el día que saliste de la tierra de Egipto. Durante siete días no se verá contigo levadura en todo tu territorio. De la carne que sacrifiques en la tarde del primer día, no quedará nada para la mañana siguiente.

No podrás sacrificar la Pascua en cualquiera de las ciudades que el Señor tu Dios te da, sino que en el lugar que el Señor tu Dios escoja para poner allí Su nombre, sacrificarás la Pascua al atardecer, al ponerse el sol, a la hora en que saliste de Egipto. La asarás y la comerás en el lugar que el Señor tu Dios escoja. Luego, por la mañana, regresarás a tu habitación. Seis días comerás pan sin levadura, y en el séptimo día habrá una asamblea solemne para el Señor tu Dios. Ningún trabajo harás en él.


Es interesante que la manera como los antiguos hebreos representaban la levadura pictográficamente era dibujando una espina seguida de una cabeza. La combinación de estos dos elementos se comprendía como volver la cabeza hacia otra dirección. Esta es una clara imagen de lo que significa distraerse; usted y yo intentamos enfocarnos en lo que consideramos importante, pero pronto nos encontramos luchando con toda clase de distracciones.


En la era del internet y las comunicaciones, los teléfonos celulares y las redes sociales, el período de atención de un adulto promedio es cada vez más breve. De hecho, existe un término científico en Inglés que denota la cantidad de tiempo que un individuo puede mantenerse concentrado en una sola tarea, sin desenfocarse o distraerse (attention span), y se dice que ese lapso de tiempo (que vamos a llamar período de atención a corto plazo) en una persona adulta de nuestro tiempo, puede ser tan breve que sólo promedia 8 segundos. Es decir, cualquier asunto, información, o estímulo visual que usted y yo recibimos debe captar inmediatamente nuestra atención, pues de no ser así, estamos programados a pasar automáticamente a la siguiente tarea, o estímulo. A qué cree que se deba el éxito de aplicaciones de nueva generación como Instagram y TikTok? Ha notado lo difícil que resulta sostener una conversación de más de dos minutos con cualquier persona sin sentir que no le están poniendo atención?


Afortunadamente, aunque los israelitas no tenían tantos problemas de atención, ellos recibieron instrucciones para mantenerse enfocados en lo realmente importante, dejando de lado lo superficial: la levadura de la distracción. Moisés les dijo: Preparen pan, pero no se distraigan con la levadura! El apóstol Juan escribió en su primera carta, capítulo 2, versos 15-17, sobre el peligro de que nuestros sentidos permanezcan cautivados por las distracciones temporales del mundo terrenal.


1 Juan 2:15-17 (NTV)

No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.

Demasiado amor por el mundo y toda su basura, equivale a muy poco o ningún amor a Dios, y todo lo que proviene de él! El dijo: Saca la levadura de tu casa! Cuando la levadura del afán y las distracciones terrenales ocupan nuestros sentidos por demasiado tiempo, corremos el riesgo de desenfocarnos y perder de vista lo que Dios está hablando y haciendo en nuestras vidas. ¿Qué cosas terrenales están distrayendo sus sentidos ahora mismo de la comunión y el propósito divino?


3. La levadura simboliza la hipocresía del espíritu religioso.

En Mateo 16:1-12, leemos que Jesús advirtió a sus discípulos sobre la levadura espiritual de la hipocresía religiosa:


Entonces los fariseos y los saduceos se acercaron, y poniendo a prueba a Jesús, le pidieron que les mostrara una señal del cielo. Pero Él les dijo: (...) Una generación perversa y adúltera busca una señal, y no se le dará señal, sino la señal de Jonás. Y dejándolos, se fue.

Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes. Entonces Jesús les dijo: «Estén atentos y cuídense de la levadura de los fariseos y saduceos». Y ellos discutían entre sí, diciendo: «Lo dice porque no tomamos panes».

Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: «Hombres de poca fe, ¿por qué discuten entre ustedes que no tienen pan? (...) ¿Cómo es que no entienden que no les hablé de los panes? Pero cuídense de la levadura de los fariseos y saduceos».

Entonces entendieron que Él no les había dicho que se cuidaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.


¿Recuerda el significado hebreo pictográfico del término levadura , o seór? El mismo se relaciona con la idea de mando, gobierno, autoridad, o dominio. No es casualidad que Jesús eligiera esta metáfora de la levadura para referirse a la doctrina de las autoridades religiosas judías, pues estos grupos tenían creciente influencia sobre la gente común en el primer siglo. Sólo ellos tenían autoridad para interpretar oficialmente las Escrituras, enseñar a otros, y juzgar sobre los asuntos domésticos de la nación. Muchos jóvenes amantes de la ley y las costumbres, anhelaban ser admitidos como discípulos a los pies de algún maestro fariseo o saduceo importante; sin embargo, Jesús no fue nada amable con ellos. En varias ocasiones los reprendió públicamente, exponiéndolos y dejándolos en redículo por tener un estilo de vida superficial y poco piadoso.


¿Es usted una persona a quien la religión ha decepcionado profundamente? ¿Ha sido engañado, manipulado, o estafado? ¿Ha vivido alguna experiencia dolorosa o de abuso emocional (o físico) de parte de alguien que es un líder o ministro de la iglesia? Yo también! Tristemente, todos tenemos ese tipo de experiencia alguna vez, auque ninguno en la medida en que lo fue Jesús. Él fue injustamente juzgado, torturado y muerto por el consejo de las autoridades religiosas de su tiempo, y aún así, nada ni nadie pudo evitar que triunfara sobre la muerte y se levantara victorioso de la tumba al tercer día! Al hacer esto, Jesús estaba sacando la levadura del pecado y de la corrupción, a fin de que seamos hechos nueva masa, sin levadura, ofrenda agradable para Dios.


1 Corintios 5:7 (DHH)

Así que echen fuera esa vieja levadura que los corrompe, para que sean como el pan hecho de masa nueva. Ustedes son, en realidad, como el pan sin levadura que se come en los días de la Pascua. Porque Cristo, que es el Cordero de nuestra Pascua, fue muerto en sacrificio por nosotros.


Si soy nueva masa, la levadura de la hipocresía religiosa no tiene lugar en mi vida. No puedo tener una vida dentro de la iglesia y otra vida fuera de ella. No puedo albergar ciertos secretos oscuros que nadie más conoce, sólo Dios. No voy a dejar que algún pecado oculto arruine mi corazón. Si soy nueva masa, mi motivación no es la de agradar al hombre, mi compromiso ya no es con el hombre. Si soy nueva masa, el dinero no puede comprar mi integridad, los intereses materiales no pueden corromper mi carácter. Si soy nueva masa, no voy a intentar medir a los demás con una regla con la que no soy capaz de medirme a mí misma. Intentaré ver a las personas como Dios las vé, intentaré no hacer acepción de personas. Voy a desechar la mentira para hablar la verdad en amor. Voy a servir a Cristo con humildad y sencillez de corazón. Voy a ser más como Jesús, en quien no había hipocresía!

4. La levadura nos habla del poder de la influencia.

Aunque comúnmente asociada con lo negativo, el efecto silencioso, misterioso, pero persistente de la levadura hizo que, en una ocasión, Jesús la utilizara como tipo para representar el avance del Reino de Dios en la Tierra: El reino de los cielos (dijo) es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas (39 litros) de harina hasta que todo quedó fermentado (Mateo 13:33). La idea detrás de esta breve parábola es que una pequeña cantidad de levadura tiene potencial para afectar una gran cantidad de masa. De la misma forma, usted y yo, podemos ser efectivos en nuestro servicio a Dios, cuando operamos en el poder del Espíritu Santo para proclamar el Reino. ¿De qué manera está usando su influencia para contagiar a otros con el mensaje y el poder del Reino de Dios?

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