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Principio de Dolores y la Señal Antes del Fin (Parte 2)

Actualizado: 16 sept 2022

¿Cómo definiría usted la Gran Tribulación? ¿Cree usted que la Gran Tribulación será un tiempo crítico para toda la humanidad, plagado de guerras, terremotos, desastres naturales, enfermedades, hambrunas y cosas semejantes a estas? El día de ayer recibí la pregunta de uno de nuestros oyentes, el cual se refirió a mateo 24:36-41 como una prueba de que el arrebatamiento sólo podría tener lugar antes de la Gran Tribulación (Pre-Tribulacionismo), y realmente me siento agradecida a Dios y a él por este comentario que literalmente me dio el pie que necesitaba para introducir este estudio bíblico.


Bien, la manera en que yo interpreté su pregunta es la siguiente: ¿Cómo es posible que el arrebatamiento suceda al final de la Gran Tribulación, si el propio Jesús dijo que sucederá como en los días de Noé, cuando las personas estarán comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento? El trasfondo de la pregunta implica que ellos estarán llevando una vida tranquila y segura, en lugar de encontrarse atravesando la peor época de sus vidas y de la historia mundial, como algunos inconscientemente definen el período de la Gran Tribulación. A propósito, me interesa saber ¿Cómo respondería usted a esa pregunta? (Tome un momento para comentar al pie del estudio.)


La manera como yo respondí personalmente a esta pregunta, es diciendo que hay un error de índole conceptual que muchos cristianos cometen a la hora de definir lo que será la Gran Tribulación, porque no todos los eventos catastróficos descritos en el libro de Apocalipsis se refieren a este período. Me gustaría que usted se quedara hasta el final del estudio para entender mejor mi razonamiento y el resto de mi respuesta, sobre todo porque puede deducirse del mismo pasaje en Mateo, capítulo 24, donde nos quedamos la última vez, debatiendo parte del sermón escatológico de Jesús en el Monte de los Olivos.

 

Hola, muy estimado oyente/lector de Letra y Espíritu. Yo soy Ivonne Montejo, y quiero agradecerle por su interés en los estudios bíblicos del ministerio. No importa cual sea su trasfondo teológico o denominacional, usted es bienvenido a este debate abierto y respetuoso, con base en las Sagradas Escrituras. Si ha encontrado algún valor o provecho en este proyecto, me gustaría pedirle que, por favor, nos apoye compartiendo y comentando al pie. Sólo tome un momento de su tiempo para presionar al botón me gusta y asegúrese de estar suscrito al canal, incluyendo la campanita de notificaciones.


Todos los estudios de Letra y Espíritu se encuentran disponibles en formato de audio podcast en múltiples plataformas, y cuentan con un blog escrito en la página oficial del ministerio: www.letrayespiritu.org (sin acentos). Muchas gracias por participar y ayudarnos a difundir estas valiosas enseñanzas. Continuamos!


 

Nota: Si usted aún no ha escuchado/leído la primera parte de El Mesías y la Pregunta Sobre el Fin, le sugiero que considere volver atrás en la serie o seguir el enlace provisto en la 'i' de la versión de video, para que esté al tanto de TODO el contexto bíblico y extrabíblico que aportamos, y que pueda regresar totalmente preparado para esta segunda parte.


Para todos aquellos que sí escucharon la primera parte, resumamos diciendo que los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) registran el momento en que Jesús abandona el Templo de Jerusalén en dirección al Monte de los Olivos, siguiendo el patrón del profeta Ezequiel, quien vió en visión cómo la gloria de Dios salía del Templo pre-exílico, justo antes de su destrucción por los babilonios en el 586 a. C. (Véase Ezequiel 10: 4,18-19 y 11:22-23). Evidentemente, Jesús no fue el único que siguió esta trayectoria, pero él lo hizo de una forma explícitamente profética, que debió retumbar fuertemente en los oídos de toda la gente de su época, especialmente de la institución religiosa. Y es que todo, absolutamente todo, lo que el Señor hizo y dijo alrededor de Jerusalén durante esos últimos días de su vida en la Tierra, puede entenderse en el contexto profético del Antiguo Testamento, como una clara señal de que el juicio de Dios estaba pronto a desatarse.


Ese día, Jesús entra al Templo por última vez, y mientras sale (prácticamente expulsado por las autoridades religiosas judías), alguien hace un desafortunado comentario acerca de la majestuosidad de las piedras y de la construcción del edificio del Templo, y Jesús responde: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada (Marcos 13:1-2). Entonces, se nos dice que el Maestro se dirige al Monte de los Olivos, frente al Templo, y allí cuatro discípulos (Pedro, Jacobo, Juan y Andrés) se le acercan en privado para preguntarle: Dinos, ¿Cuándo sucederá esto, y qué señal habrá cuando todas estas cosas se hayan de cumplir? (vs. 3-4).


No vamos a regresar sobre todos los argumentos que dimos en el estudio anterior, pero es evidente que los discípulos captaron el mensaje. Ellos se dieron cuenta de que aquella retirada del Señor tenía una fuerte implicación profética. Si tratamos de situarnos, por un instante, dentro de la mentalidad de cualquiera de los discípulos y sus contemporáneos del primer siglo, ellos manejaban un conocimiento básico de las Escrituras hebreas y sabían que el Mesías prometido: (1) Vendría súbitamente al Templo para juzgar y purificar el sacerdocio levítico, (2) Reedificaría el Templo, reconciliando en sí mismo los oficios de Rey y Sumo Sacerdote, y (3) Gobernaría desde Sión y sería declarado sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec (referencias bíblicas en la primera parte).


Es decir, ellos no tenían un manual de Teología Sistemática debajo del brazo (ni lo necesitaban), y en este punto la mayoría estarían convencidos de que Jesús era el verdadero Mesías en su primera y única venida; pero sí pudieron relacionar las Escrituras del Antiguo Testamento con lo que acababan de presenciar y oir, llegando a la conclusión de que habría una segunda parte del ministerio del Mesías que necesariamente tendría que cumplirse después de la destrucción del actual Templo en Jerusalén.


¿Cómo es posible que los apóstoles llegaran a esta conclusión, antes de comprender completamente que su Maestro sería muerto en el mismo lugar, dentro de no muchos días? Una de las posibles explicaciones que han surgido en los últimos años, y que me parece muy interesante, es la que tiene que ver con los Rollos del Mar Muerto y el hallazgo de ciertas profecías mesiánicas antiguas entre los documentos preservados y divulgados dentro de la comunidad Esenia de Qumran (detalles en la primera parte). En resumen, estas profecías hablan de un juicio divino que caería sobre el sacerdocio levítico, después del cual, un nuevo sacerdocio sería levantado por el Mesías.


El hecho es que los discípulos no sólo preguntaron cuándo sucederían todas estas cosas, sino que también pidieron de Jesús una señal, del griego semeion, una indicación o evidencia de carácter profético. ¿Sabe? Creo que vivimos en un contexto en el que no estamos familiarizados con esta práctica (al menos dentro de nuestras congregaciones cristianas modernas); por lo general, la gente viene a la iglesia, se sienta por debajo del nivel del maestro, e inmediatamente adopta una posición de receptor pasivo (uno que no expresa ningún tipo de duda o desacuerdo), sin importar cuán disparatado sea el discurso que está oyendo. En realidad, queda muy poco espacio para el discipulado personal y la enseñanza práctica.


En la época de Jesús, y también como regla general dentro de la cultura judía hasta hoy, las preguntas, aclaraciones u opiniones diversas sobre temas bíblicos siempre son bien vistas como una muestra de genuino interés de parte del estudiante, y no como un gesto desafiante de la autoridad del maestro. ¿Qué te parece? Para ellos, la única forma de llegar al fondo de un asunto, es haciendo la mayor cantidad de preguntas posibles! Así que los discípulos no dudaron en pedirle al Señor una señal que les permitiera reconocer o verificar el cumplimiento profético de sus palabras. No es que ellos entendieran que se acercaba la muerte del Maestro sino que, en aquel momento histórico, el Templo y la élite religiosa estaban en su mejor momento, y no parecían susceptibles a ningún tipo de desgracia o juicio divino.


Otra cosa que pudo haber motivado a los discípulos a pedir una señal, fue la creencia popular de que el advenimiento del Ungido sería precedido inmediatamente por un tiempo de angustia que varios rabinos importantes llegaron a llamar los dolores de parto del Mesías. Ahora, dígame ¿Le suena de algo esta frase? Efectivamente! Ya para la época de Jesús, pensadores judíos habían tomado como base los escritos de los profetas, para desarrollar una larga lista de síntomas o señales que presuntamente indicarían el fin del siglo y el comienzo de la era Mesiánica. Como debes estar pensando, entre estas señales o dolores de parto, se encontraban todos los mencionados por Jesús en Mateo 24, comenzando con el verso 4 en adelante: guerras, rumores de guerras, pestes, hambres, terremotos, falta de amor, apostasía, persecución, falsos profetas y falsos Mesías... Ninguna de estas cosas estaban ausentes del pensamiento judío del primer siglo!


Sé que esto no es lo que usted esperaba escuchar, pero es lo que necesita saber a fin de interpretar correctamente este pasaje, y poder encontrar la señal de la que habló el Señor. No fue Jesús quien primero introdujo el tema sobre los dolores de parto del Mesías; estas señales y algunas otras, ya eran del pleno conocimiento de todos sus oyentes en el primer siglo, y siguen siendo del conocimiento de cualquier rabino judío hasta el día de hoy! Precisamente porque todas estas señales ya eran de dominio público en tiempos de Jesús, esta era probablemente la respuesta que los discípulos esperaban recibir de su Maestro. Ellos esperaban que Jesús les hablara sobre el incremento de las guerras, pestes, terremotos, hambres, apostasía y todo lo demás; sin embargo, el Señor comenzó su discurso expresando un razonamiento contrario al de los maestros de su tiempo. Él dijo: Es cierto que ustedes verán el cumplimiento de todas estas señales, pero no se alarmen, porque les aseguro que aún no será el fin!


¿Sabe? No pretendo que usted me crea a mí. Sé que ha escuchado demasiados sermones diciendo que ya Cristo viene (o más bien, que el rapto de la iglesia pudiera suceder en cualquier momento), porque el mundo va de mal en peor y todas las señales ya se están cumpliendo, pero ¿acaso no es cierto que el mundo, desde que es mundo, siempre ha estado plagado de guerras, plagas, hambre y terremotos?


¿Llegó usted a pensar que el arrebatamiento de ninguna manera pasaba del 2021? Permítame una breve confesión personal: Al principio del 2020, cuando la plaga comenzó a extenderse y las noticias eran ya devastadoras, recuerdo que me desperté una mañana con la total seguridad de que el rapto de la iglesia realmente estaba a las puertas. Me tiré de rodillas y con gran desesperación en mi corazón, comencé a pedir misericordia. En ese momento, yo no estaba segura acerca de cómo o cuándo podía suceder el arrebatamiento en realidad. Había crecido siempre en iglesias predominantemente pre-tribulacionales y aunque he leído toda la Biblia por mí misma, en realidad, todavía no estaba convencida de que esa interpretación pre-tribulacional fuese la correcta. Más bien, yo leía la Biblia con la esperanza de encontrar cualquier evidencia que me ayudara a sentirme más tranquila con respecto a la Gran Tribulación, pero no podía sostener mi posición por mucho tiempo. Inclusive, hubo un momento en el que comencé a dudar de que hubiera rapto en absoluto, hasta que encontré material mucho más convincente.


Ese fue un tiempo muy difícil para todos nosotros, sobre todo porque las cadenas de noticias y las redes sociales, explotaron al máximo la oportunidad de vendernos la llegada galopante del fin del mundo, hasta que ellos mismos no pudieron controlar el caos que habían creado, y se vieron obligados a cambiar de estrategia.


¿Sabe una cosa? Las noticias sobre el fin del mundo siempre son rentables. La gente se obsesiona tanto que hasta sueña con el arrebatamiento. Conozco a un cierto predicador, cuyo nombre no voy a mencionar, que siempre añade un mensaje de alerta y varios iconos de alarma al título de sus videos (por favor, no lo mencione usted). No lo critico, pero le confieso que me resulta increíble la manera como vende sus noticias en las redes, porque me pregunto si sus seguidores tienen nervios de acero para mantenerse en un constante estado de pánico.


Voy a serle franca, tengo más de tres años publicando mis estudios en las redes, todos igualmente valiosos acerca de temas bíblicos de utilidad y al respecto de pasajes oscuros o poco conocidos de la Escritura, pero sólo cuando comencé casualmente a tratar temas escatológicos recibí la atención que, durante tres años de arduo trabajo y sacrificio, nunca obtuve (y estoy muy satisfecha con esa atención, por favor, no me malinterprete). Le aseguro que la manera como vive su vida cristiana ahora mismo es más importante que el cálculo hipotético del minuto exacto en que regresará Jesús, y ya debe saber que nunca faltará quien se atreva a ponerle fecha.

La razón por la que le digo todo esto es porque, a pesar de la gran fascinación de la gente por este tipo de mensajes y noticias apocalípticas, no puedo aprovecharme de la situación y llevarlo a usted a un estado de alerta innecesario, pasando por alto lo que el propio Jesús enseñó a sus discípulos cuando dijo: No se alarmen cuando oigan de estas cosas! No caigan en ansiedad!


Bien, leamos brevemente a partir del verso 4, esta vez desde una perspectiva totalmente diferente. Por favor, acompáñeme a hacer un inventario de todas las frases tranquilizadoras que el Señor incluyó en su discurso:


Mateo 24:4-13 LBLA

Jesús les respondió: «Tengan cuidado de que nadie los engañe. Porque muchos vendrán en Mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos. Ustedes van a oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No se alarmen, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin.


Preste atención a la palabra rumores. Una de las acepciones más interesantes del diccionario de Griego bíblico incluye noticias, reportes, y decir lo que los oídos con comezón quieren oir. Claro que esta es una frase idiomática que se refiere a producir la noticia con el único objetivo de satisfacer la curiosidad o el morbo de la gente y, por supuesto, la necesidad de llenarse el bolsillo a costa de la gente, como le escribió Pablo a Timoteo: Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos (2 Timoteo 4:3-4).


Cuidado! No se alarmen! -dice el Señor- Porque es necesario que todo esto acontezca... Es necesario! Esta es una imagen tomada de la esfera física, donde ninguna mujer que estaba por dar a luz un bebé podía evitar el doloroso proceso natural que conlleva al alumbramiento. Recuerdo cuando estaba embarazada de mi único hijo y ya se acercaba el momento del nacimiento; le aseguro que yo deseaba quedarme dormida una noche y despertar al día siguiente con el niño ya entre mis brazos, para no tener que pasar por aquel momento de intenso dolor y sufrimiento. Sabemos que en la actualidad, muchas mujeres hacer esto, aunque ellas terminan alargando el proceso al final. También existe medicación para aliviar el dolor, pero no existe una medicación para aliviar el dolor del proceso natural que culminará con la manifestación física del reino de Dios en la Tierra!


Créame cuando le digo que usted y yo, que queremos ver el reino de Dios manifestado, no seremos arrebatados de aquí, antes de experimentar algunas de estas dolorosas contracciones del Mesías! Es necesario, pero todavía no es el fin!


Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores.


¿Sabe usted lo que significa la frase principio de dolores? Le daré una definición práctica y sencilla: Es cuando usted se llega a la sala de maternidad y el dolor la envía de vuelta diciendo que todavía es muy pronto para ingresar. Usted se enoja y replica: Pero doctor, ¿Está usted seguro? ¿Acaso no vé que ya tengo las contracciones? Ya no soporto este dolor! Y ¿Qué le responderá él? Bueno, él la mirará tratando de disimular su asombro, y le dirá: Señora, por favor. Paciencia! Váyase a casa e intente relajarse. Le garantizo que esto es sólo el principio!


Sólo el principio! ¿Sabía usted que muchas mujeres pueden llegar a sentir contracciones esporádicas y otros síntomas del parto, durante los primeros meses del embarazo. Es normal! Todo es parte del proceso!


»Entonces los entregarán a tribulación, y los matarán, y serán odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. Muchos se apartarán de la fe entonces, y se traicionarán unos a otros, y unos a otros se odiarán. Se levantarán muchos falsos profetas, y a muchos engañarán. Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo.


Bueno, ya que estamos hablando de los dolores de parto, vale la pena recordar que estos dolores tienen ciertas características que van con el sentido de esta comparación. Ya dijimos que apuntan al nacimiento, son inevitables, pueden transmitir una falsa sensación de urgencia, etc. También es importante recalcar que estos dolores acompañan a las contracciones y por lo tanto se van intensificando con el tiempo. ¿Qué significa esto? En caso que usted no tenga la experiencia, significa que a medida que se acerca el momento del alumbramiento, el dolor se hace cada vez más y más fuerte, pero también que hay un descanso cada vez más breve entre las contracciones. De hecho, en este punto, el doctor de nuestra historia le conectará a un aparato para medir la frecuencia con que estas ocurren y determinar el tiempo exacto entre una y otra dolorosa contracción. Es en este punto también donde la enfermera le dará una seria advertencia: Cuidado! No se adelante! Puede que usted sienta ganas de hacerlo pero, asegúrese de no pujar, hasta que yo no le avise.


Disculpe que yo sea tan gráfica con mi explicación, pero pienso que estos detalles pueden ayudarle a comprender el pasaje. ¿Sabe una cosa? Estamos ahora mismo bajo instrucciones estrictas de no pujar. Le digo esto porque es evidente que aún no estamos al final. Aún hay tiempo de respirar entre dolor y dolor; sin embargo, hay mucha gente pujando y provocando rupturas y traumas innecesarios. Me refiero al lenguaje que algunos ya están usando, especialmente cuando se trata de los medios y las redes sociales donde se ha creado mucha fricción innecesaria dentro y fuera del Cuerpo de Cristo. Jesús le dijo a sus discípulos que ellos serían odiados, perseguidos y entregados a causa de Su Nombre, no a causa de su falta de sentido común! No porque ellos estuvieran buscando pleito en todas las esquinas, sino su decisión de permanecer firmes en presencia de verdadera oposición.


Bien, ya en este punto tenemos tribulación o presión. Hemos hablado de este término antes en un estudio. Por favor, note que tribulación en la boca de Jesús no se refiere al sufrimiento de los incrédulos, sino al de los creyentes. Creyentes siendo odiados, perseguidos, traicionados, entregados, muertos y todo lo demás que ni siquiera quiero repetir. Se escucha como una situación bastante estrecha, pero ¿Es esta realmente la Gran Tribulación? No lo es. De hecho, la persecución de cristianos siempre ha existido en algún lugar del planeta, especialmente allí donde son minoría, pero esta no es la señal antes del fin. Además, si de algo podemos estar agradecidos es de que todos estos dolores de parto sean intermitentes, incluyendo la persecusión religiosa.


Otro síntoma que me gustaría destacar brevemente es el aumento de la iniquidad. La palabra iniquidad significa maldad, pero también se refiere a la falta de Ley (literalmente, sin ley), y describe el carácter de la gente que no hace caso ni respeta la Ley de Dios. Dicho de otra manera, la gente no tiene temor de Dios, y traspasa los principios morales y éticos más elementales, sin sentir remordimiento alguno; esta es una clara manifestación del espíritu del Anti-Cristo, quien ha sido llamado el sin ley.


Ahora, ninguna de estas cosas es novedad para este planeta. Usted puede pensar que hay algo totalmente nuevo y diferente, algún fenómeno sin precedente en la historia de la humanidad pero, le aseguro que el mundo ha visto cosas mucho peores que estas, tanto así que ya Dios envió a la Tierra un diluvio universal, que borrara la memoria de una generación mucho más perversa de lo que se puede imaginar. Usted puede conducir una investigación alrededor de cualquier civilización antigua, inclusive, anterior a Cristo, y encontrará la prueba de que aquellas generaciones fueron tan o más perversas que esta generación; sin embargo, no existían los avances científico-tecnológicos que tenemos hoy, ni había manera de transmitir tanta información, tan rápida y efectivamente, como lo hacemos hoy.


Jesús dijo: Estos son los dolores de parto. Nada nuevo, principio de dolores. Es necesario que el mundo pase por todo esto, y que la intensidad y la frecuencia de estos dolores se incrementen a medida que se acerca el momento de la gloriosa manifestación del reino de Dios, pero entre tanto que esto sucede, continúa diciendo el Señor, será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.


¿Cuál es la señal que Cristo dio a sus seguidores para distinguir el comienzo del mero mero final de la Era presente? De eso estaremos hablando en la próxima entrega! Desgraciadamente, el tiempo no nos permite abarcar tanto contenido en un solo estudio bíblico (ni usted me toleraría un momento más), pero hay algo que debería quedar claramente establecido desde ya: y es que ninguna de estas señales, comúnmente conocidas como los dolores de parto del Mesías, marcan realmente el comienzo de la Gran Tribulación, y mucho menos el tiempo del esperado arrebatamiento de la Iglesia. No lo digo yo, lo dijo Jesús!


Una vez más, gracias por formar parte de esta iniciativa. Realmente no espero que usted concuerde perfectamente con mi interpretación de las Escrituras, pero si en algo puedo ayudarle a conectar ciertos puntos que la mayoría pasa por alto, entonces me siento complacida y satisfecha de haber llegado hasta aquí. Dígame ¿Qué piensa de los dolores de parto del Mesías con respecto a la Gran Tribulación? ¿Piensa usted que ambos son parte de un mismo proceso? ¿Dónde exactamente termina uno y comienza el otro? ¿Cómo podemos diferenciarlos?


Por favor, tome un momento para verificar su suscripción y participar del debate en redes sociales, o en nuestro canal de YouTube. Si desea recibir avisos a su correo electrónico cada vez que nuevos estudios sean publicados en la página web, le sugiero que entre a www.letrayespiritu.org para dejarme su nombre y dirección. Espero sus respuestas hasta el próximo estudio. Que Dios le bendiga más!



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