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Yom Teruah y la Verdad Sobre el Rapto (Parte 1)

Actualizado: 27 ago 2022

¿Realmente podemos afirmar de acuerdo a las Escrituras que habrá un rapto o arrebatamiento de la iglesia en el futuro? Y si aceptamos que este es el caso ¿Cuándo sucederá? Si usted está familiarizado con la doctrina cristiana evangélica, seguramente habrá escuchado hablar de un evento escatológico que ha sido denominado el rapto ó arrebatamiento de la Iglesia, y que se basa fundamentalmente en algunos pasajes del NT tales como 1 Corintios 15:51-52 y 1 Tesalonicenses 4:13-18.


La Doctrina del Rapto consiste en la idea de que Cristo mismo aparecerá para sacar a los verdaderos creyentes del mundo, antes de regresar con ellos al final de la Gran Tribulación. Generalmente se dice que el rapto será “secreto” en el sentido de que sólo los creyentes podrán presenciarlo y experimentarlo, mientras que el resto del mundo no podrá ver a Jesús hasta el tiempo de Su Segunda Venida cuando, de acuerdo con la Escritura, vendrá con poder y gran gloria (Lucas 21:27) y todo ojo le verá (Apocalipsis 1:7). No cabe duda que esta doctrina es una de las más controversiales y difíciles de entender dentro del Cristianismo moderno, ya que existen muchas opiniones diferentes al respecto, aún entre aquellos que la respaldan, pero que a su vez, no están todos de acuerdo sobre el momento en que este tendrá lugar con respecto a otros eventos finales como la Gran Tribulación, la Segunda Venida de Cristo y el Reino Milenial.


Ya sea que usted crea en el rapto antes, durante o después de la tribulación, o que no crea que habrá rapto en absoluto, me gustaría invitarle a considerar conmigo algunos pasajes sobre al tema, pero esta vez a la luz del AT y en relación a la fiesta sagrada de Yom Teruah, o Trompetas. (Nota: Si esta es la primera vez que oye hablar sobre la Fiesta de las Trompetas en la Biblia, le recomiendo que vuelva atrás a nuestros últimos tres estudios para obtener información básica sobre el calendario hebreo, las fiestas sagradas de otoño y su importancia desde una perspectiva profética y escatológica).


Estimado lector/ oyente de Letra y Espíritu, seguramente recordarás que estamos estudiando las Fiestas Sagradas del Señor que aparecen mencionadas en el capítulo 23 del Libro de Levítico. La importancia de estas fiestas es innegable al presente, pues tanto la historia como la Escritura misma han demostrado que estas fueron instituidas por Dios a manera de patrones o ensayos proféticos de los eventos más significativos en Su plan para la humanidad. Tenemos muchas razones para creer que, de la misma manera en que las primeras cuatro fiestas marcaron el tiempo exacto en que el Mesías fue crucificado, resucitó y ascendió al cielo, así como el día exacto en que el Espíritu Santo descendió sobre los primeros discípulos, también las restantes tres fiestas del calendario hebreo marcarán el ritmo y el patrón de los eventos finales que todos estamos esperando.


Bien, después de decir esto, le invito a leer una vez más las instrucciones generales sobre Yom Teruah, o la Fiesta de las Trompetas, que se encuentran en Levítico 23:23-25 RVR:


Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación. Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.


Es cierto que no tenemos demasiada información acerca de Yom Teruah, esta es probablemente la fiesta menos detallada de las siete. La tradición rabínica ve el primer día del mes séptimo religioso (primero del año nuevo secular) como el aniversario de la creación de Adán, el primer hombre, y también de un evento posterior que encontramos relatado en el libro de Génesis capítulo 22, donde Dios le ordenó a Abraham que le sacrificara a su hijo, Isaac, en la tierra de Moriah, lugar que tradicionalmente se ha identificado con la explanada del Templo en Jerusalén.


La historia bíblica cuenta que Abraham lo preparó todo para el sacrificio y salió temprano en dirección al lugar que Dios le había indicado, llevando consigo dos criados y al preciado muchacho, hijo de la promesa. Después de tres días de camino, al fin pudieron ver el lugar desde lejos y Abraham pidió a sus siervos que esperaran allí hasta que ambos subieran solos para adorar al Señor y regresaran juntos. Entonces la Escritura dice que en el camino, mientras cargaba sobre su espalda la leña para el sacrificio, el muchacho se percató de algo inusual y preguntó: Padre mío. He aquí el fuego y la leña; mas ¿Dónde está el cordero para el holocausto? A lo que el padre respondió: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío (Génesis 22:7-8 RVR60).


La Escritura es clara cuando dice que Abraham levantó el altar del holocausto, arregló la leña y amarró a su hijo sobre ella, pero justo antes de que procediera a degollarlo, escuchó la voz del ángel del Señor que le decía: Detente! Detente! No le hagas daño al niño, porque ahora sé bien que temes a Dios, y no me has negado a tu único hijo. En ese momento Abraham alzó los ojos y vio un carnero que había quedado atascado por los cuernos en un zarzal, así que fue y lo tomó para ofrecerlo al Señor en lugar de su propio hijo.


Lo cierto es que Isaac no llegó a morir en Moriah, pero su padre Abraham sí demostró la fe suficiente como para obedecer a Dios en contra de toda lógica, creyendo que de ser necesario, el Señor mismo devolvería su hijo a la vida a fin de que este heredase la promesa divina. Siglos más tarde el Cordero de Dios, Jesús el Mesías prometido, apareció en escena para sufrir voluntariamente una muerte propiciatoria en las afueras de la antigua ciudad de Jerusalén, el mismo lugar donde Abraham habría declarado proféticamente: Dios se proveerá de cordero.


Refiriéndose a este relato, mucho tiempo después el autor de la carta a los Hebreos comenta:


Hebreos 11:17-19 NTV

Fue por la fe que Abraham ofreció a Isaac en sacrificio cuando Dios lo puso a prueba. Abraham, quien había recibido las promesas de Dios, estuvo dispuesto a sacrificar a su único hijo, Isaac, aun cuando Dios le había dicho: «Isaac es el hijo del cual procederán tus descendientes»

Abraham llegó a la conclusión de que si Isaac moría, Dios tenía el poder para devolverlo a la vida; y en cierto sentido, Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los muertos.


La tradición rabínica extra-bíblica dice que este pasaje relata el origen del famoso shofar, la trompeta hecha del cuerno de carnero que se toca especialmente en Yom Teruah, y otras ocasiones especiales del pueblo de Israel. Se dice que el primer cuerno o cuerno izquierdo del carnero que Abraham encontró en el lugar del sacrificio, es aquel que se escuchó tocar desde el cielo años más tarde el día en que Israel recibió la Ley al pie del Monte Sinaí; mientras que el segundo cuerno, o cuerno derecho, es el que tradicionalmente se conoce como la final trompeta, y que podrá escucharse en el momento del (para nosotros) regreso del Mesías. Dicho de otra manera, la primera trompeta es la que marca Pentecostés o la Fiesta de las Semanas que es Shavuot, pero la final trompeta es una referencia directa a Yom Teruah, la Fiesta de las Trompetas.


Es interesante que sepamos esto porque el apóstol Pablo escribió sobre la final trompeta en dos ocasiones. Primeramente, encontramos esta idea en su primera carta a los Corintios, capítulo 15, versos 51-55, que ha sido titulado Victoria Final sobre la Muerte:


1 Corintios 15:51-55 RVA15

He aquí, les digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados sin corrupción; y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y que esto mortal sea vestido de inmortalidad.

Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: ¡Sorbida es la muerte en victoria! ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?


Hay un evento escatológico al que el apóstol identifica repetidas veces con el sonido de la última trompeta, y es la resurrección de los muertos. Es importante destacar que al momento de composición de esta carta (o de cualquier otra) Pablo no pudo haber tenido conocimiento alguno sobre lo que hoy llamamos el Apocalipsis de Juan, y que sabemos fue revelado y puesto por escrito varios años después de su muerte. Lo que es bastante probable es que Pablo haya utilizado el término trompeta final a la luz del contexto religioso y cultural de su tiempo, haciendo eco de la tradición.


En su carta, encontramos una referencia directa a dos pasajes del AT, el primero en Isaías 25:8 RVR60: Destruirá a la muerte para siempre; y el segundo en Oseas 13:14 RVR60: ¿Dónde está, oh Muerte, tu espina? ¿Dónde está, oh Seol, tu aguijón? Al menos la primera de estas dos referencias se halla relacionada directamente a la llegada del Mesías para rescatar a su pueblo de sus enemigos y establecer Su reino milenial desde el Monte de Sión en Jerusalén.


El siguiente pasaje de Pablo que me gustaría sugerirle sobre la final trompeta se encuentra en

1Tesalonicenses 4:13-17 RVA15, y dice:


Tampoco queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen, para que no se entristezcan como los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios traerá por medio de Jesús, y con él, a los que han dormido.

Pues les decimos esto por palabra del Señor: Nosotros, que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera precederemos a los que ya durmieron. Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.


En este pasaje, Pablo describe el sonido que precederá a la primera resurrección como una gran aclamación, la voz de un arcángel y la trompeta de Dios (v. 16). Aunque no se usa la frase trompeta final de 1 Corintios, no hay duda de que el apóstol se refiere a un mismo evento escatológico, un momento en el que los muertos en Cristo resucitarán incorruptibles primero, e inmediatamente después de ellos, los creyentes vivos serán físicamente transformados y arrebatados juntamente con ellos. En ese instante, que se describe como breve parpadeo, un abrir y cerrar de ojos, todos recibiremos un cuerpo inmortal, incorruptible y espiritual a la imagen de Cristo, y nos uniremos a Él en el aire. ¿Por qué? Porque al decir de 1 Corintios 15:50, la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios.


Este pasaje de 1 Tesalonicenses 4:17 constituye la columna vertebral de la mencionada Doctrina del Rapto de la Iglesia, ya que el término rapto deriva del Latin rapturus, que a su vez traduce del Griego original la palabra harpadzo: tomar por la fuerza, arrebatar algo forzosamente. En este sentido, realmente no debería haber ninguna duda de que habrá una especie de rapto en el futuro, ya que la Escritura enseña claramente que tanto los cuerpos incorruptibles de los creyentes resucitados, como los cuerpos transformados de los creyentes vivos, serán todos repentina y sobrenaturalmente trasladados y reunidos con Cristo. La mayoría de los desacuerdos doctrinales en este caso aparecen cuando tratamos de dar respuesta a preguntas sobre el rapto como: ¿Será el rapto o arrebatamiento una aparición secreta de nuestro Señor Jesucristo antes de Su Segunda Venida? Y, ocurrirá el rapto antes, durante, o después de los siete años de gobierno mundial del Anti-Cristo? O inclusive, después del Milenio?


Bien, estoy de acuerdo en que siempre habrá lugar para hacer ajustes en la medida en que todos estos sucesos finales comienzan a desenvolverse delante de nuestros ojos. No creo que alguien tenga una respuesta 100% correcta en cuanto al orden, la duración y descripción exacta de estos eventos, pero me atrevo a realizar unas pocas aclaraciones, tomando como base el texto bíblico y alejándome de cualquier doctrina o tradición de hombres.


Lo primero que me gustaría aclarar es que (1) la Biblia no enseña que el rapto será secreto, pero sí que será repentino. Si tenemos en cuenta la mención que hace Pablo de una gran aclamación, voz de arcángel y trompeta de Dios, entonces tenemos que aceptar que este evento futuro tendrá un impacto sonoro poderoso, a la manera de la primera trompeta de Dios que se escuchó en el Monte Sinaí.


Éxodo 19:16-19 RVR60

Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento...

Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.


Creo que al leer este pasaje usted podría inclusive establecer una relación entre ambos pasajes y el relato que se nos da más adelante en el libro de Apocalipsis, donde se nos habla de trompetas, voces, humo, truenos y relámpagos. Recuerde lo que hemos hablado en otros estudios sobre el sonido teruah en Hebreo (una gran algarabía, un sonido ensordecedor) que es parte del significado de Yom Teruah. Cuando el propio Jesús relata este acontecimiento en su sermón escatológico, él dice:


Mateo 24:29-31 RVR60

E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.


Si somos honestos con nosotros mismos tendremos que admitir que Jesús parece referirse aquí a uno y el mismo evento que Pablo describe en sus cartas, el único evento en que dará la orden de juntar a sus escogidos para que sean reunidos con él en las nubes. Si prestamos atención a los versos 29 y 30 en el idioma original, lo que realmente vemos aquí es que no son dos sucesos aislados, sino que hay una fuerte conexión entre las señales cósmicas descritas en el verso 29 y la aparición de la señal del Hijo del Hombre en el cielo de que se habla en el verso 30, pues ambos eventos suceden de forma simultánea (al mismo tiempo).


Sé que uno de los argumentos más conocidos es el que alega que Jesús vendrá como ladrón en la noche, y por lo tanto en secreto, pero la verdad es que esta teoría sólo se basa en una pésima interpretación de Mateo 24 y 1 Tesalonicenses 5:2. En mi opinión, cualquier persona que lea el contexto de esta frase metafórica se dará cuenta de que no se usa para indicar que el Señor vendrá en secreto, sino para resaltar que él sorprenderá a los malvados en su venida. Por si acaso, el propio Pablo hace una salvedad en el verso 4: Pero ustedes, hermanos, no viven en tinieblas, como para que ese día los sorprenda como un ladrón (RVA). Versión PDT: Pero ustedes, hermanos, no están viviendo en la oscuridad como para que ese día los tome por sorpresa como un ladrón. Así que, la venida del Señor será inesperada y sorpresiva, como ladrón en la noche, pero no para quienes andan en la luz de Dios! Esta metáfora no se refiere a un rapto secreto, sino a la repentina destrucción que caerá sobre los hijos de la oscuridad (v. 3).


Estimado lector/ oyente, creo que a medida que nos adentramos en este tema de la resurrección, el rapto y la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, mucha más información valiosa e interesante encontramos en la Escritura. En este punto de nuestro estudio, sólamente hemos completado la primera de varias acotaciones importantes a la doctrina del rapto, tal y como se predica hoy en muchas iglesias. Espero que, lejos de ofenderse o entristecerse por este material, usted reciba la motivación necesaria para escudriñar estos pasajes difíciles con una mente abierta y receptiva, y llegar a sus propias conclusiones. Por mi parte, no me queda otra opción que repartir lo que resta de este tema en próximas emisiones, e invitarle a que me acompañe una vez más en nuestro viaje al interior de las Fiestas Bíblicas.


Antes de terminar, quiero animarle a compartir este estudio bíblico. Usted puede ayudarnos presionando el botón me gusta, y haciendo un comentario al pie de esta publicación. También puede suscribirse gratuitamente (si no lo ha hecho ya) para recibir avisos de nuevas publicaciones directamente a su correo electrónico. Que Dios le bendiga más!

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