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Como Ladrón en la Noche? La Verdad Sobre el Rapto (Parte 5)

Actualizado: 28 sept 2022

¿Cuántas veces hemos escuchado que Jesús vendrá secretamente, así como un ladrón en la noche? Inclusive, puede que hayas visto alguna que otra película cristiana con este título, o que recuerdes una docena de predicadores evangélicos hablando sobre este mismo tema. La mayoría de ellos transmiten la idea de un rapto inminente y secreto, que sucederá a espaldas del mundo, en algún momento previo a la Gran Tribulación y a la gloriosa Segunda Venida. Y es que, a primera vista, esta frase parece indicar exactamente eso: la operación secreta, casi silente, de un individuo que llega en la oscuridad de la noche para llevarse algo de valor, en este caso la Iglesia, pero ¿Es este el verdadero sentido del texto bíblico?


Yo digo que no! Y no me importa nadar contra la corriente para sacar a la luz lo que yo y mucha gente consciente, calificaría de pésima exégesis bíblica. ¿Sabe algo? Ya es hora de que los verdaderos discípulos de Jesús de Nazaret, dejemos de repetir cosas como papagayo, sólo porque la mayoría lo dice, y comencemos a escudriñar las Escrituras por nosotros mismos!


Mi nombre es Ivonne Montejo, y en esta entrega de Letra y Espíritu, me gustaría mostrarte exactamente por qué no deberías usar la frase como ladrón en la noche, pera indicar que el rapto o arrebatamiento de la iglesia será un evento secreto a cumplirse siete años antes de la Segunda Venida de Cristo. Si te interesan estos temas bíblicos y eres alguien que aprecia la verdad por encima del consenso de la mayoría, por favor, no te olvides de regalarme un pulgar arriba ahora mismo. Comencemos!


Bueno, para empezar tenemos que admitir que la versión RVR60 de la Biblia registra al menos cinco ocasiones diferentes en las que se utiliza la frase como ladrón para referirse a la Segunda Venida de Cristo, y ojo aquí, porque no me refiero al rapto secreto, sino al conjunto de acontecimientos finales que formarán parte de Su venida, incluyendo nuestra reunión con él! La primera referencia que encontramos en los evangelios es la que registra Mateo en el capítulo 23, versos 42-44. Por lo general utilizo la versión Nueva Biblia de las Américas, porque la considero una traducción bastante exacta, con un montón de ayudas, y a la vez fácil de comprender, pero usted puede usar la versión de su preferencia.


Mateo 23:42-44 NBLA

Por tanto, velen (o estén alerta), porque no saben en qué día viene su Señor. Pero entiendan esto: si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, hubiera estado alerta y no hubiera permitido que entrara en su casa. Por eso, también ustedes estén preparados, porque a la hora que no piensan vendrá el Hijo del Hombre.


Hermoso pasaje, verdad? No sólo desde el punto de vista del mensaje, sino también del lenguaje que se utiliza. Seguramente usted ya estará familiarizado con el uso del lenguaje figurado en la Biblia. ¿Qué significa esto? Significa que no todo lo que usted y yo leemos en la Escritura debería interpretarse de manera literal. Una persona que busca comprender el texto bíblico, necesita tener en cuenta que este contiene una gran cantidad de figuras retóricas o literarias que sirven para transmitir el mensaje de Dios por medio de un lenguaje embellecido, y en muchas ocasiones, poético. Cuando nosotros somos capaces de identificar e interpretar correctamente estas figuras del lenguaje, y entender la función específica que cumplen en el texto, entonces no caeremos en el error de atribuirles mayor importancia o significado de los que realmente tienen.


Por supuesto, en este caso usted sabe que Jesús no es ningún ladrón. El es alguien que viene en la condición de dueño legal de este mundo, para ejercer Su dominio y autoridad sobre todo lo que por derecho le pertenece, pero saber esto no es suficiente para hacer una correcta exégesis de estos versículos.


Algo que es bastante obvio en este pasaje, es que se está estableciendo una comparación directa (símil) entre la venida del Hijo del Hombre y las operaciones nocturnas de un ladrón. Dicho de otra manera, el Señor está recurriendo a una situación de la vida cotidiana para llamar la atención de sus discípulos acerca de un aspecto particular de su enseñanza. ¿Cuál es este aspecto? Este aspecto es simplemente el hecho de que no es posible conocer el momento exacto de Su regreso!


Si usted está mirando la versión escrita de este estudio en la página del ministerio, www.letrayespiritu.org opción BLOG, podrá ver que he resaltado algunas palabras que nos llevan a está conclusión. Jesús está diciendo que, de la misma manera en que el dueño no puede predecir el momento exacto en que su casa será vandalizada, así tampoco nosotros podremos calcular con exactitud el día o la hora en que el Hijo del Hombre aparecerá por segunda vez, pero una cosa sí podemos hacer: al igual que todo padre precavido y vigilante, podemos mantenernos alerta.


¿Sabe una cosa? Al mismo tiempo que escribo este estudio bíblico, soy consciente de que hay un grupo importante de personas en la Internet y las redes sociales que están anunciando el rapto secreto para este año 2022, entre los días 24 y 27 de Septiembre (esta misma semana). Según pude constatar, ellos están tomando en consideración un puñado de citas bíblicas, en conjunto con la fecha de las fiestas sagradas en el calendario hebreo moderno y algunos conocimientos básicos de numerología, para respaldar la validez de su predicción. Desgraciadamente, estas personas están pasando por alto varios detalles importantes, entre ellos el hecho de que aún no se ha cumplido la señal que Jesús le dio a sus seguidores en este mismo capítulo, pero también el principio que encontramos en los versos que acabamos de leer: Nadie sabrá el día ni la hora!


Ahora, es importante que entendamos que no podemos tomar esta parábola del ladrón y aplicarla más allá del propósito y la intención original del autor. Usted no puede tomarla para justificar algo que nunca estuvo en la mente del autor como, por ejemplo, demostrar que Jesús llegará durante las horas de la noche, que vendrá vestido de negro con una media en la cabeza, que entrará por una ventana o que vendrá en secreto; pues, este no es el punto que el Señor quiso resaltar con su comparación!


Espero que usted esté comprendiendo la idea, pero si le queda alguna duda, podemos mirar brevemente al contexto y descubriremos que, en realidad, hay algo más que este pasaje nos está dejando ver:


v. 36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. (Ya hemos dicho que Su venida será sorpresiva).


v. 37-39 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

Bien, no vamos a entrar a analizar en profundidad esta nueva comparación que Jesús establece entre Su venida y los días previos al diluvio, pero quiero que usted identifique exactamente cuál es el punto fundamental de su argumento. He escuchado a varios conferencistas y escritores cristianos modernos que estiran estos versículos para hacer ver que en los últimos tiempos crecerá la influencia y actividad de los mismos principados demoníacos que son llamados los hijos de Dios en Génesis, capítulo 6. No estoy completamente en contra de esta rama interpretativa, pero creo que no es la idea que Jesús intentó transmitir en su sermón.


¿Cuál es entonces el sentido de esta comparación? El hecho de que la gente de esa generación no prestó atención al mensaje de Noé! Ellos se burlaron y no hicieron caso de su predicación, ni se arrepintieron de sus maldades, hasta que fueron sorprendidos por el justo juicio de Dios, y todos perecieron anegados por el agua! De la misma forma, los años previos a la venida de Cristo serán años de gran frialdad espiritual. La gente se burlará de Dios y no prestará atención al mensaje de salvación. Ellos no creerán en la veracidad de las Escrituras proféticas, ni se arrepentirán de llevar un estilo de vida pecaminoso. Debido a que ellos persistirán en su rebelión y total desprecio a la Ley de Dios, serán sorprendidos infraganti, no por un rapto secreto, sino por el juicio de Dios revelado en la persona del Mesías!


v. 40-42

Entonces estarán dos en el campo; uno será llevado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en el molino; una será llevada y la otra será dejada. Por tanto, velen, porque no saben en qué día viene su Señor.


Como sabe, estos versos han sido tradicionalmente entendidos como una referencia directa al momento en que tendrá lugar el arrebatamiento, pero ¿Es este el verdadero sentido del texto? Veamos. Primeramente, es necesario que no pretendamos desvincular los versos 40 y 41 de su contexto inmediato, el cual nos habla, no del rapto sino del terrible juicio del diluvio. Si nosotros prestamos suficiente atención a la frase que Jesús usa para describir este juicio divino en el verso 39, descubriremos que esta pudiera fácilmente ser la clave para entender todo lo que viene después.


Aunque la traducción al Español no necesariamente nos ayuda con nuestro análisis, el término original griego airo (G142), que se utiliza en el verso 39, para referirse a los que fueron ahogados en el diluvio, implica que ellos en realidad fueron levantados, tomados ó removidos mediante este juicio divino. Si aplicamos esta misma lógica a los versículos siguientes, donde hallamos dos escenarios tomados de la vida cotidiana (dos hombres que trabajan juntos en un mismo campo, y dos mujeres que muelen juntas en un mismo molino), entonces tendríamos que concluir que el juicio de Dios provoca una separación inmediata.


En ambos casos se nos dice que una de las personas es tomada (paralambano, G3880) y la otra es dejada (aphíemi, G863). ¿Qué significa eso? Aunque estos dos verbos pueden entenderse de muchas maneras distintas, quizá la interpretación más acertada, de acuerdo con el contexto, es la que indica que una persona será removida ó arrebatada (tomada) en el sentido de juicio, al mismo tiempo que otra es perdonada ó absuelta (dejada). Claro que esto no es lo que tradicionalmente se ha enseñado sobre este pasaje, especialmente en los círculos evangélicos, pero es algo que de ninguna manera se puede obviar si se tiene en cuenta lo siguiente, que en el pensamiento judío antiguo se veía el juicio del diluvio como una especie de patrón de operación del juicio divino, donde los malvados son removidos de la Tierra y los justos permanecen. Pongamos dos breves ejemplos:


Salmo 37:9 NBV

Porque los malvados serán destruidos, pero los que confían en el Señor heredarán la tierra y vivirán tranquilamente. La traducción textual aquí sería: los malvados serán cortados...


Proverbios 2:21-22 NBLA

Porque los rectos morarán en la tierra,

Y los íntegros permanecerán en ella;

Pero los impíos serán cortados de la tierra,

Y los malvados serán desarraigados de ella.

No sé si usted estará preparado para aceptar este fuerte giro interpretativo, pero mi opinión personal es que aún existe una posibilidad para los que creen ver aquí una referencia al rapto de la iglesia. Y es que, volviendo al contexto del diluvio, la Escritura nos habla de alguien que fue tomado antes del juicio, esta vez en un sentido muy positivo: Enoc. El término original hebreo que se utiliza en Génesis 5:24 para indicar que Dios se llevó a Enoc para estar con Dios mismo, es muy parecido al griego que vimos anteriormente en Mateo 24:40-41 (paralambano), así que Jesús pudo simplemente invertir los términos en su discurso para indicar que, en Su venida, los tomados serán protegidos de la ira de Dios, mientras que los dejados quedarán expuestos al juicio divino.


Cualquiera que sea la interpretación que usted decida adoptar, me gustaría que pudiera ver cómo todo esto se relaciona con nuestra pequeña parábola del ladrón en la noche, recuerda? El que llega sin previo aviso para traer una suerte de juicio o destrucción repentina. A pesar de que el arrebatamiento de los santos es parte del guión de la Segunda Venida, el foco de atención en este sermón no se encuentra en el rapto, sino más bien sobre otro evento de suma importancia: El Día del Señor. Es realmente muy dificil pensar en un rapto pre-tribulacional apoyándonos en este pasaje, pues este texto habla claramente de una separación que ocurre justo en el momento de Su venida e inmediatamente antes o durante el derramamiento del justo juicio de Dios. (La Gran Tribulación no es sinónimo del juicio o la ira de Dios; es algo que tiene un origen humano y satánico).


Entremos brevemente a tocar la siguiente referencia a un ladrón en la noche. Esta se encuentra en el evangelio de Lucas, capítulo 12, versos 39-40. Aunque la idea es la misma, es decir, la de resaltar la importancia de permanecer alertas y preparados en todo momento pues no sabemos el día ni la hora, esta vez el contexto inmediato incluye una parábola poco conocida. Siempre hablamos de la parábola de las diez vírgenes, pero en este caso Lucas incluye una versión alternativa: la parábola de los siervos vigilantes.


Estos siervos también esperan a que su señor regrese de las bodas, por lo que ellos también necesitan mantenerse despiertos y solícitos, con sus lámparas encendidas. ¿Y qué recompensa obtendrán si se mantienen velando? el verso 37 dice: En verdad les digo que (su señor) se ceñirá para servir, y los sentará a la mesa, y acercándose, les servirá. Qué hermoso, verdad? Es interesante que debido a su pronta disposición y fidelidad, ellos serán los servidos y honrados. Eso me recuerda el pasaje bíblico donde Jesús se ciñe y lava los pies de sus discípulos; pero hay algo que se añade en el verso siguiente: Ya sea que (su señor) venga en la segunda vigilia, o aún en la tercera, y los halla así, dichosos son aquellos siervos (v. 38).


En el sistema romano, la segunda vigilia era el período de tiempo desde las 9:00 p.m. hasta las 12:00 de la noche, y la tercera vigilia se contaba a partir de las 12:00 a.m. hasta las 3:00 de la mañana. En el sistema judío, la segunda vigilia llegaba hasta las 2:00 a.m. y la tercera hasta las 6:00 a.m. Cualquiera que sea el sistema al que Lucas se refiere, lo que se busca resaltar es la necesidad de mantenernos preparados y expectantes para recibir al Señor, aún si tenemos que atravesar por un período de larga espera y oscuridad espiritual. Piénselo de esta manera: Ya sea que Jesús llegue a mitad de la tribulación o al final de la misma, él espera encontrarlo sirviendo y velando como el primer día.

En su primera carta a los santos Tesalonicenses, capítulo 5, el apóstol Pablo escribió:

1 Tesalonisenses 5:1-10 NBLA

v. 1-2 Ahora bien, hermanos, con respecto a los tiempos y a las épocas, no tienen necesidad de que se les escriba nada. Pues ustedes mismos saben perfectamente que el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche...


Note como se ha sustituido la venida de Cristo por la frase el día del Señor. En la mentalidad judeo-cristiana antigua, el Día del Señor o el Día Final, es el nombre que se le da al final de la era presenta, cuando el Mesías aparecerá para resucitar a los muertos, juzgar a las naciones y establecer Su trono en Jerusalén. ¿Se refiere este pasaje a la promesa de un rapto secreto, siete años antes de Su Segunda Venida? Veamos.


v. 3 ... Que cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán.


Algunos de nuestros oyentes han objetado diciendo: ¿Cómo es posible que el rapto suceda después de un período de gran tribulación, y que las personas aún estén proclamando paz y seguridad?¿No se supone que la gente del mundo estará realmente abrumada y deprimida por las plagas y las guerras? Recuerde que la Gran Tribulación se trata de un breve período de terrible persecusión que el Anti-Cristo dirigirá contra el pueblo de Dios, no contra el resto de la población mundial. Además, yo les preguntaría: ¿Cree usted que un rapto secreto pre-tribulación, traerá juicio y destrucción repentina sobre la gente del mundo? Claro que no! Esta es una referencia al Día del Señor, el cual sí traerá juicio sobre las naciones.


v. 4-5 y 9

Pero ustedes, hermanos, no están en tinieblas, para que el día los sorprenda como ladrón; porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día... Porque no nos ha destinado Dios para ira, sino para obtener salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos junto con Él.


Estoy segura de que ya hemos explicado este pasaje en otra ocasión, así que me limitaré a preguntarle ¿A quiénes se refiere el autor cuando dice que el Día del Señor viene como ladrón? Se refiere a los hijos de las tinieblas, aquellos para quienes este día tendrá un impacto fulminante. Son ellos quienes tendrán que preocuparse por la destrucción repentina de la que se habla en el verso 3, y también serán ellos quienes, hasta ese mismo instante, proclamarán paz y seguridad, porque despreciarán el mensaje de Dios y perseguirán a Sus enviados, considerándolos una molestia y una amenaza para su estilo de vida liberal y pecaminoso.


Uno de los ejemplos más claros para mí es este: Apocalipsis 11:10 nos dice que los habitantes de la Tierra se regocijarán y se enviarán regalos para celebrar la victoria de la Bestia sobre los dos testigos, ya que estos dos hombres de Dios los habrán atormentado con su predicación. Nótese que estamos hablando de los últimos tres años y medio de Gran Tribulación. ¿Consideraría usted que esta es una contundente declaración de paz y seguridad de parte de los hijos de las tinieblas? No parecen muy asustados, abrumados o deprimidos aquí, verdad? Sin embargo, ellos serán sorprendidos por aquel Gran Día de la Ira de Dios, del cual nosotros seremos rescatados por medio de Cristo, nuestro Señor y Salvador!


Seguramente, usted ha escuchado citar al apóstol Pedro en lo referente a la Venida de Cristo:


2 Pedro 3:3-4 y 8-10 NBLA

Ante todo, sepan esto: que en los últimos días vendrán burladores con su sarcasmo, siguiendo sus propias pasiones, y diciendo: «¿Dónde está la promesa de Su venida? (...) Amados, no ignoren esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.


Hagamos un alto aquí. Por favor, note cómo el apóstol habla del regreso de Cristo como la promesa hecha por el Señor a sus discípulos, ¿Cree usted que se refiere aquí al arrebatamiento primero (siete años antes) y después a Su venida en cuestión, o más bien a un único gran evento, llamado el Día del Señor? Espero que su respuesta sea acertada, porque vamos a continuar leyendo para averiguarlo:


v. 10-14

Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.

Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no deben ser ustedes en santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor!

Pero, según Su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia. Por tanto, amados, puesto que ustedes aguardan estas cosas, procuren con diligencia ser hallados por Él en paz, sin mancha e irreprensibles.


Wow! Realmente esta es una referencia muy extraña. No sé si usted siente la misma curiosidad, pero yo inmediatemente pensé: Espera, Pedro ¿De qué me estás hablando?¿A qué pasaje profético del Antiguo Testamento te estás refiriendo? Bien, después de consultar algunas ayudas bíblicas, encontré una conexión importante en el capítulo 34 de Isaías, donde se nos habla del juicio de Yehová contra las naciones, específicamente sobre Edom:


v. 2

Porque el enojo del Señor es contra todas las naciones,

Y Su furor contra todos sus ejércitos.

Las ha destruido por completo,

Las ha entregado a la matanza.

v. 4

Todo el ejército de los cielos se consumirá,

Y los cielos se enrollarán como un pergamino.


¿Sabe una cosa? Pienso que este pasaje describe precisamente el instante mismo en que las plantas de los pies del Mesías toquen tierra nuevamente sobre el Monte de los Olivos en Jerusalén. La Escritura dice que Él se manifestará en medio de un terrible conflicto bélico, cuando los enemigos de Israel estén al control y amenacen con la completa aniquilación de Su pueblo. En ese momento, el Mesías se revelará desde el cielo. Él aparecerá para salvar a Israel, y el solo impacto de Su Presencia fulminará por completo a todos sus enemigos.


¿Puede imaginarse cómo será el impacto de la presencia de Yeshúa (Jesús, en hebreo) en el momento en que él sea manifestado en todo su esplendor? El profeta Nahúm escribe:


Nahúm 1:5-6 NBLA (frag.)

Los montes tiemblan ante Él, y los collados se derriten (...) En presencia de Su indignación, ¿quién resistirá?¿Quién se mantendrá en pie ante el ardor de Su ira? Su furor se derrama como fuego, y las rocas se despedazan ante Él.


Amós 9:5 NBLA

El Señor, Dios de los ejércitos, el que toca la tierra, y esta se derrite, y se lamentan todos los que en ella habitan...

Personalmente, lamento que tantas personas bien intencionadas, que aman a Dios, se muestren más impresionadas y preocupadas por la cercanía de la Gran Tribulación y el gobierno de la Bestia, que por la inminente manifestación del Día del Señor. Le aseguro que ningún juicio o artimaña satánica puede igualar un solo ápice de ese gran evento. Sabe? El enemigo puede destruir su cuerpo, esa vasija temporal, hecha con fecha de expiración, pero sólo Dios (Yehová es Su nombre) puede destruir su alma en el infierno (Mateo 10:28). Ningún juicio pasado, presente o futuro podrá igualarse con el juicio de Yehová! Él es el Juez y el Padre de todos los espíritus!


Esta es la clase de temor reverente que tuvieron los primeros cristianos. Ellos no temieron al sufrimiento y la tribulación, más de lo que temblaron al presentir la llegada de aquel Gran Día de la Ira del Dios Todopoderoso! ¿Será usted levantado y preservado en ese día? ¿Será usted eximido para no sufrir Sus implacables juicios, o será exhibido y evergonzado con los malvados? Preste atención a la advertencia que el apóstol Juan recibió para la iglesia de Sardis:


Apocalipsis 3:2-3 NVI

¡Despierta! Reaviva lo que aún es rescatable, pues no he encontrado que tus obras sean perfectas delante de mi Dios. Así que recuerda lo que has recibido y oído; obedécelo y arrepiéntete. Si no te mantienes despierto, cuando menos lo esperes caeré sobre ti como un ladrón.


¿Se da cuenta? Sé que usted entenderá esto. Lo más terrible que puede pasarle no es que pierda la oportunidad de un rapto secreto y quede a merced del Anti-Cristo; lo más terrible que puede pasarle es que no esté listo en el momento cuando, súbitamente, el Día del Señor se manifieste! Quiero dejarle con una última referencia y una interesante aplicación práctica tomada de las memorias del Segundo Templo.


Se dice que durante la etapa del Templo de Jerusalén, se encontraba en función un estricto sistema de vigilancia. Día y de noche, especialmente durante la época festiva y de peregrinación, un grupo considerable de levitas y sacerdotes designados para esta labor, eran situados alrededor del edificio en 24 estaciones diferentes. Estas 24 estaciones, de diez hombres cada una, eran supervisadas a su vez por un oficial, comúnmente conocido como el Capitán del Monte del Templo.


Bien, se sabe que estos guardias eran reemplazados de día, pero no de noche. ¿Recuerda la parábola de los sirvientes fieles que debían guardar hasta la segunda y tercera vigilias de la noche? Durante las horas de la noche, el Capitán salía a realizar sus rondas, llevando en sus manos una antorcha. Al verlo llegar, los guardias estaban obligados a levantarse y saludar siguiendo cierto protocolo, pero ¿Qué sucedía si, llegado a una estación, el Capitán encontraba a algún vigilante vencido por el sueño? Entonces, él tenía autorización para propinarle una paliza en el acto, o bien, para prender fuego a sus vestidos con su antorcha! ¿Se imagina? De esa manera, el descuidado levita terminaba humillado en presencia de sus compañeros.


¿Interesante? Entonces, espere a escuchar lo que nos dice Jesús: ¡Estén alerta! Vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza (Apocalipsis 16:15 NBLA). Pido a Dios que ninguno de nosotros deje de velar en estos tiempos de densa confusión y oscuridad; que ninguno de nosotros sea sorprendido fuera de su puesto y sea avergonzado en Aquel Día, como dice la Escritura: Ahora, hijos, permanezcan en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de Él avergonzados en Su venida (1 Juan 2:28 NBLA).

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